La viola es un instrumento musical de cuerda frotada, similar en cuanto a materiales y construcción al violín pero de mayor tamaño y sonido más grave. Su tesitura se sitúa entre los graves y medios del violín y los agudos del violonchelo.
La viola es considerada como el contralto o el tenor dramático de la familia de las cuerdas.
Las cuerdas de la viola están afinadas en intervalos de quintas: do, sol, re, la (siendo el do la cuerda más grave).
Al intérprete de este instrumento se lo denomina «viola» o «violista».
La viola moderna
La viola que se utiliza actualmente en las orquestas nació entre los siglos XVI y XVII con el nombre de viola da braccio. Su tamaño es algo mayor que el violín. Sirve de puente sonoro entre este y el violonchelo, lo mismo en el cuarteto de cuerda que en toda formación orquestal. Su timbre es muy bello aunque con tinte dulcemente opaco. Se sostiene con el brazo izquierdo en posición horizontal, al igual que el violín y se apoya su caja armónica de la misma manera que este, o sea debajo de la barbilla.
Tiene cuatro cuerdas que se afinan con las notas do, sol, re, la (de grave a agudo subiendo en intervalos de quinta). Para su lectura musical emplea la clave de do en tercera línea y, cuando las notas son muy agudas, la clave de sol.
Su extensión es de más de tres octavas. Como todos los instrumentos de cuerda frotada por el arco, se pueden utilizar armónicos naturales y artificiales, para que su ámbito sea mayor.
Importancia de la viola
El papel de la viola es fundamental en la orquesta ya que da profundidad y apoyo a la armonía, la hace rica y aterciopelada. No debemos olvidar tampoco la gran variedad de obras compuestas para la viola solista o las sonatas para viola acompañada.
La viola tiene una reputación menor dentro de la cuerda pero se trata de un prejuicio arrastrado desde los orígenes de la orquesta moderna (siglo XIX), cuando era asumida por violinistas en decadencia.
Su poder expresivo
La viola posee un notable poder expresivo. De acento más bien suave, recogido y algo melancólico, se presta más a pasajes de poco movimiento que excesivamente rápidos. Entre las obras orquestales que tiene asignada partes importantes figuran la Sinfonía concertante de Mozart y el poema sinfónico de Richard Strauss Don Quijote, ambas con carácter solista, amén de otras muchas cuya relación resultaría excesivamente prolija.
Grandes compositores, clásicos. románticos y modernos, apreciando las cualidades sumamente emotivas de este instrumento han escrito obras muy importantes como conciertos, sonatas, suites, etc., que justifican por sí solas la presencia del concertista de viola en las salas de audiciones. La viola es un instrumento de relevada importancia en la orquesta actual ya que colabora en que el sonido entre los instrumentos graves y los agudos no sea tan destacado, además de tener un sonido realmente intermedio que equilibra los sonidos de cuerda de la orquesta.