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Gran Sinfónico 07 |
Gran Sinfónico 07

06/07MAR2025|20:00H

Teatro de la Maestranza |
20:00 h.

SILVESTRE REVUELTAS Redes: Suite (Arr. E. Kleiber)
PAQUITO D’ RIVERA Concierto venezolano para trompeta y orquesta (Obra ganadora del Grammy 2023)
INOCENTE CARREÑO Margariteña
PACHO FLORES Cantos y revueltas. Fantasía concertante para trompeta, cuatro venezolano y orquesta

Trompeta | Pacho Flores
Cuatro | Leo Rondón
Director | Manuel Hernández Silva

Gran Sinfónico 07 | Notas al programa
Gran Sinfónico 07
Notas al programa

De los puertos solares de Veracruz y la Isla Margarita, a los llanos del Orinoco y sus tonadas de acarreo, del danzón de melaza del malecón habanero al joropo venezolano todo el aire cálido de ultramar retorna hoy al Arenal de Sevilla donde América tiene, a los mismos pies de este Teatro de la Maestranza, su puerta y su puerto.

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Melodías de ida y vuelta. El gran río, el gran rey de Andalucía, inmerso en las profundidades océanas conecta el Golfo de México y el Mar Caribe con las orillas de Sevilla y Triana. No en vano el “Concierto venezolano” de Paquito D’Rivera fue premiado aquí con el Grammy Latino, es decir, barroco. Hoy, en el latón quemado de la trompeta de Pacho Flores y en las cuatro cuerdas ardientes de Leo Rondón, latiremos con los aires y sones de un nuevo mundo que es el más nuestro. Hoy se viste de gala la Torre del Oro y se suman a la orquesta las campanas ebrias de Triana porque arriba la flota sinfónica de Tierrafirme. Si la europea “primavera de los pueblos” inyectó en la música la sangre del romanticismo, los ritmos y motivos de América inoculan en la música sinfónica la dionisíaca vibración del Trópico. Una riqueza huracanada, española, indígena y africana que vibra en la obra de autores como el mejicano Silvestre Revueltas, el cubano Paquito D’Rivera y los venezolanos Inocente Carreño o Pacho Flores y expande los timbres de la orquesta hacia territorios selváticos e ignotos.

Dirige el maestro, también venezolano pero nacionalizado y enraizado en España, Manuel Hernández-Silva, cuya labor al frente de formaciones andaluzas como la Orquesta Joven de Andalucía, la Filarmónica de Málaga o la Orquesta de Córdoba ha dejado su impronta magistral en muchos músicos de nuestra tierra. Ningún director mejor para dirigir este repertorio de “tierra caliente” que ha grabado con estos mismos solistas, Pacho Flores y Leo Rondón, para la Deutsche Grammophon y que están dando a conocer juntos por todo el mundo.

 

Redes

El mejicano Silvestre Revueltas (1899-1940) es una de las figuras principales de la música americana del siglo XX. Formado como violinista y director, en sus inicios destacó como virtuoso del instrumento. No fue hasta la década de los treinta que inició una acelerada carrera como compositor, truncada por el alcoholismo al que lo arrastró su temperamento melancólico e introvertido, agudizado tras su visita a España en 1937 junto a Octavio Paz para apoyar a la República. Leemos en sus notas de viaje: “¿Qué soy ante esta tragedia? Me avergüenza ir tranquilamente por la calle. Siento envidia del más humilde de los combatientes. Me agobia el pensamiento de nuestra obra de artistas, llena de vanidad, de presunción”.

Autor comprometido, pertenecía a la pléyade de artistas mejicanos que, como los muralistas Rivera, Siqueiros y Orozco, creían en la acción política del arte y en su capacidad para mejorar las condiciones de los más desfavorecidos, aunque, a diferencia de ellos, descreyó pronto del poder.

En Barcelona llegó a estrenar “Redes”, la obra que hoy escucharemos y que sirvió de banda sonora a la película del mismo nombre, uno de los clásicos de la filmografía mejicana que narra las duras condiciones de trabajo y la lucha de los pescadores de la ciudad de Alvarado en la costa del estado de Veracruz.

Más allá de la intención social y propagandística de la película, en la estela de la cinematografía soviética, la partitura de Revueltas destaca por amalgamar la visión clásica de un Stravinsky con los ritmos y colores populares sin sucumbir al pintoresquismo.

En la partitura, muy ajustada a la secuencia de las imágenes, y adaptada como suite sinfónica nada menos que por el director austríaco Erich Kleiber, se identifican dos partes: la primera que arranca lúgubremente con la tragedia de la muerte de un niño y, la segunda, donde se expone la tumultuosa lucha de los pescadores. En estas “Redes” solares vemos con los oídos lo que Octavio Paz escribió sobre Revueltas: “Era como el sabor del pueblo, como el pueblo mismo, cuando el pueblo es pueblo y no multitud, como el rumor de una vecindad y la gracia de la ropa puesta a secar. Y era, también, como el silencio del cielo, que calla ante nuestras preguntas y nos vela su destino”.

 

Concierto venezolano para trompeta y orquesta

El “Concierto venezolano para trompeta y orquesta” fue premiado en Sevilla con el Grammy Latino a la mejor obra clásica contemporánea en 2023, cuando la ceremonia del certamen se celebraba por primera vez lejos de América, pero tan cerca, porque el Mar Caribe no solo se prolonga en las costas de Miami, sino que arranca aquí mismo, en Sevilla, a la vera trianera y honda (jonda) del río.

“Mi vida saxual”, así tituló el legendario saxofinista cubano Paquito D’Rivera (1948) su divertido libro de memorias. Maestro en su instrumento, exiliado en Estados Unidos desde 1980, como compositor ha tenido siempre el afán musical de transportar a las salas de conciertos, clásicas y académicas, los ritmos del jazz y los sones del Caribe y de su Cuba natal. El “Concierto venezolano” es un encargo conjunto de la mejicana Orquesta de Minería, que lo estrenó en Ciudad de México en septiembre de 2019, la Real Filarmónica de Liverpool, la Orquesta de Valencia y la Sinfónica de San Diego, patrocinado por la casa de instrumentos valenciana STOMVI y escrito ex profeso para el virtuoso trompetista venezolano Pacho Flores, que está ampliando el repertorio contemporáneo de un instrumento que en sus manos está en constante evolución y revolución. En palabras del propio Paquito: “cuando Pacho me encargó este concierto en seguida pensé en algo que tuviera que ver con Venezuela, con la tragedia que ellos están viviendo, que es parecida a la tragedia que hemos vivido los cubanos durante seis décadas, pero con la misma alegría que tienen los venezolanos y los cubanos de vivir.”

Tras un arranque orquestal solemne y grave la trompeta entona una elegía por Venezuela a la que lentamente, como arabescos, se van enroscando motivos folclóricos y el movimiento marcha, como la vida, entre la tragedia y la alegría, entre lo elevado y lo popular, hacia una segunda parte donde se produce la caribeña fusión de la música venezolana y la cubana, como aguas que golpean el mismo malecón. Un ritmo dulce de merengue que es a la vez danzón y bolero donde se escucha al “cuatro” venezolano y el “contrabajo” de las grandes orquestas cubanas, conduce a un final explosivo al aire del joropo (“la jota venezolana”, Pacho Flores dixit) con la calidez de una noche del Trópico, en otro tiempo, en otro mundo, en Caracas o en la Habana.

 

La margariteña

Con el subtítulo de “glosa sinfónica” “La Margariteña” es la pieza más celebrada del compositor venezolano Inocente Carreño (1919-2016). Figura emblemática de la música nacionalista venezolana, en esta pieza Carreño rinde homenaje a la caribeña Isla Margarita, de cuya capital, Porlamar, era oriundo. Estrenada en 1954 durante el primer Festival de Música Latinoamericana de Caracas, se trata de una suite impresionista sobre canciones populares de su isla, en la estela de las “Diez melodías vascas” de Guridi (1941). El tema de la canción “Margarita es una lágrima”, imagen geográfica de la isla en el mar Caribe, articula la obra donde resuenan otros motivos como el “Canto de pilón” (donde se muele el maíz para preparar las tortas o arepas) y el “Canto de velorio” o la canción infantil para cazar “tigüitigüitos”, una pequeña garza de las lagunas margariteñas a la que los niños, como Carreño, jugaban a colocar una cinta en una pata para invocar la buena suerte.

 

Cantos y Revueltas

Pacho Flores concurre como solista y compositor en estos “Cantos y revueltas” para trompeta y cuatro venezolano que hoy tañe el maestro Leo Rondón (Guama, Venezuela, 1984). El “cuatro”, como su nombre indica, es una guitarra de cuatro cuerdas de herencia española que está en la base del folclore venezolano. Estrenada en La Coruña en 2018, la obra reúne los cantos y tonadas de trabajo de los Llanos de Venezuela con el vertiginoso ritmo de las revueltas o bailes a ritmo de joropo. Los cantos de trabajo, reminiscencia agrícola hispana, tienen, sobre su carácter bucólico, una hondura melancólica y poética, como en la “Tonada de luna llena” con la que arranca la pieza -pero “Luna llena” es el tierno nombre de una vaca a la que se llama al ordeño-, que han hecho populares artistas como Simón Díaz y Natalia Lafourcade. El joropo es un cante de ida en forma de fandango español que hoy retorna, enardecido, al puerto de donde partió. La combinación del latón quemado de Pacho y la agitada pulsión del cuatro en las manos de Rondón da lugar a un efecto electrizante, a un sortilegio “sabroso,” en forma de rápido del Orinoco con aroma de café y caña de azúcar.

José María Jurado García-Posada